Hoy volví a tener un sueño que durante el último mes se me repitió varias veces: escenas de la vida cotidiana, comunes y corrientes, cosas que no llaman la atención, donde lo único distinto siempre es lo mismo, todos tenemos puestas las zapatillas rosas de Yumi.
No quiero interpretarme. Sólo me desperté bastante triste, con ella en la cabeza.
Extraño los mientras mate, la voz grave con palabras y silencios justos. La risa dulce.
Todo eso que no vuelve, que ya no cuestiono, que entonces se mezcla y se transforma en zapatillas rosas.
Lo escribo acá porque éste es un lugar que a ella le gustaba, y porque todavía tengo la fantasía de que quizás pase volando a ver qué hay de nuevo... esas ganas de decirle cosas.
Me guardo un pedacito de amiga para encontrarte cuando yo quiera, así, linda, tan linda. Llena de magia y pan caliente.
Gracias por los momentos, la confianza, el hombro y el nombre.
Te quiero y espero que lo hayas sentido.
Caribeña (con una sonrisa, y un lagrimón)
1 comentario:
me pasa lo mismo con La Marastónica, que era un hombre y se fue el año pasado, y yo tuve la suerte o la desgracia de acompañarlo un día antes de que el cancer o la morfina le ganaran.
Cuando sueño con él, está vivo, cae al ensayo con el saxo, sonriendo y tiene las zapatillas verde lima. Por la marastonica era verde lima.
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