Factor común

Un ascensor sin espejo es tan incómodo como un pantalón sin bolsillos.

La curiosidad mató al gato II

Es sabido, la mayoría de las personas cuando entran a un baño ajeno por primera vez (o hasta por décima en algunos casos) intenta obtener la mayor cantidad de información del dueño de casa, en un tiempo prudencial como para estar haciendo pis.

Así es como abrimos botiquines, puertas, puertitas, cajones, cajitas y tachos de basura. Encontramos maquillajes, remedios, toallas limpias, papel higiénico, apósitos femeninos, cremas, cremitas, peines, secadores de pelo, y lo más importante... eso que está perfectamente escondido y protegido de la mirada desconocida.
Nos fijamos en las marcas, la organización y el órden. Contabilizamos cepillos de dientes y juzgamos su desgaste; olemos perfumes y shampooes; probamos lociones; miramos la alfombrita, si hay pelos, sarro o suciedad en la bañera; el color de las toallas y su tamaño; si hay revistas o qué tan iluminado está el espejo.
Sacamos conclusiones, evaluamos científicamente, siempre aprendemos algo nuevo del anfitrión. Nos convertimos en sociólogos, antropólogos, y psicólogos de toilette.
De paso queda tiempo para corregirnos el peinado y salir radiantes libres de culpa y cargo.

Creo que si yo fuera un gato moriría corriendo la cortina de alguna ducha.

¿Quién da más?

La curiosidad mató al gato

Dicen que la curiosidad mató al gato, la paradoja es que siempre tendremos la incertidumbre de qué fue lo que le dio curiosidad.

Pesadilla

Aclaro, lo que les voy a contar es real, no lo estoy inventando por motivos ficcionales o de rating.

Ayer tuve una pesadilla.... no me pasa seguido, de hecho, hace varios meses que no tenía una.

Tenia que salir con una chica, pero nunca podía llegar porque no tenía monedas para viajar en bondi. Luego de subirme a varios y de que ninguno me quisiera llevar, uno me dijo que le de los 50 pesos que tenía, que me daba cambio. Se los di, los tiró por la ventana y comenzó a reírse diabólicamente. Pura maldad.

Mala educación

Es de mala educación viajar en colectivo con olor a protector solar mientras todo el resto va a trabajar. Sépanlo.

Agridulce

Mi mamá es repostera y yo no puedo comer medio bocado de chocolate sin empalagarme.
Por suerte mi papá no es kioskero y entonces como bolsas y bolsas de golosinas a una velocidad casi peligrosa.

Sin embargo cada vez que abro un paquete tengo la misma amarga sensación: sea el que sea el color de caramelos favorito... de ese, siempre vienen menos en la bolsa.

La verdad de la milanesa

La verdad de la milanesa. LA verdad de la Milanesa.
Meditemos un segundo sobre esta frase...
De donde habrá salido? No creo que venga del latin.
Se me ocurrieron un par de ideas,

1. En algún tiempo lejano, Cierta milanesa, tuvo La verdad. Era algo así como El arca sagrada, La piedra filosofal o el Santo Grial. La gente se la pasaba comiendo milanesas en búsqueda de tal Verdad.
Nunca la encontraron (a La verdad, no a La milanesa), pero en consecuencia, comer milanesas se volvió algo muy habitual.

2. Es un juego de mesa que se juega en los oligarcas campos de la provincia de buenos aires. Lamentablemente desconozco los detalles.

3. Estaba un grupo de gente jugando al "verdad o consecuencia" y alguién cuando le tocó contar una verdad, adminitió una experiencia sexual bastante particular en la cual se hacía protagónista a una milanesa.

Si tenés La verdad de la milanesa, estoy más que abierto a escuchar la tuya.

con banana

Soñé que para que mi cumpleaños me preparaban una Torta de chocolinas (aka chocotorta) con banana. Si, leyeron bien, Con banana. Me desperté entre sorprendido y orgulloso por mi inconsciente.

Será cuestión de probar.

Los uruguayos no conocen la chocotorta. Al final de cuentas, no nos parecemos tanto.