domingo, 1 de agosto de 2010

Broma que no embroma

Cada vez voy encontrando más consecuencias de la era tecnológica que nos toca vivir.
Ahora parece que también nos quita la espontaneidad en cuanto a las bromas pesadas: para tirar a la pileta a alguien vestido, primero hay que preguntarle en qué bolsillo tiene el celular y sacárselo.
Así no tiene gracia.

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