jueves, 29 de julio de 2010

Yo nunca vi


La ciudad está viva, ya lo sabía y no me sorprende, pero a veces me da la sensación de que hay ciertos detalles que intenta ocultarme maliciosamente.
Como consecuencia hay cosas muy banales que yo nunca vi:

-el preciso instante en que el canillita deja el diario en la alfombrita welcome de mi casa
-el segundo exacto en que se prenden los faroles de la calle
-alguien pintando con aerosol una pared cualquiera
-el momento en que cambian los títulos de la cartelera luminosa del cine

Esta situación me inquieta (mucho).
No se si descubrí un secreto o estoy para internar.

miércoles, 28 de julio de 2010

domingo, 25 de julio de 2010

lunes, 19 de julio de 2010

Alturas altas.

Si yo quisiera jugar al basket... podría, nadie lo niega, pero todos sabemos que una muchacha de 1,63mts no tiene practicamente ninguna chance de llegar alto (el jueguito de palabras ay qué piola que soy).

Por eso se me ocurrió que para hacer el deporte más inclusivo, podrían existir categorías según la altura y no según la edad de los jugadores.

Es decir, debería, como en el boxeo, haber divisiones del estilo sub 1,65m (taco), sub 1,75m (super taco), sub 1,85m (jirafa), sub 1,95m (super jirafa) y  los alturas altas (igual de redundante que los pesos pesados) a partir de 1,95m. 

Los aros se ubicarían a alturas proporcionales para cada categoría, así los "taco" podrían jugar en "super taco", los "super taco" en "jirafa", etc,... pero no al revés, ni tampoco saltearse más de una categoría.

Propongo igualdad de oportunidades para todos en el baloncesto, que cada uno pueda demostrar sus capacidades sin importar las condiciones físicas. 
No a la discriminación en el deporte!
Todos por un mundo más justo!

Vote por Caribe.
Vote lista 54.

martes, 13 de julio de 2010

Convengamos

Muchas veces me pregunté por qué traen suerte esas pequeñas cosas que traen suerte o por qué ciertos hechos ameritan pedir al menos un deseo... la respuesta es muy poco romántica.

Lo cierto es que pisar caca de perro, ponerse el pulover al revés, que te toque un boleto capicúa, encontrar un trébol de cuatro hojas, pasar por abajo de un tren, ver una estrella fugaz, atrapar una vaquita de san antonio, soplar velitas, agarrar un panadero, ver una novia que se casa, almorzar con Mirtha y tantos etcéteras, tienen una sola cosa en común: son hechos afortunados que respetan un rango de periodicidad poco frecuente.

Lo que todavía no encuentro es el patrón según el cual algunos traen suerte y otros deseos.

Las convenciones siempre las entiendo por la mitad.

jueves, 8 de julio de 2010

El último por qué de "la verdad de la milanesa"

Esta noche ha sucedido un evento histórico en mi vida, espero que en la suya también sea un hecho digno de ser recordado.
Finalmente, después de tanto buscar (junto a mi gran amigo Matu), llegó a mis manos un texto que brinda, sin querer, una convincente explicación a por qué "la verdad de la milanesa" es LA verdad de la milanesa. Proveniente de un galardonado genio como lo fue Fontanarrosa, considero que es una hipótesis adoptable como científica. Así que les regalo tan preciado material para que compartan conmigo la alegría de tener una duda menos.

—Ocurre que tal vez a usted le gusten, le enloquezcan, las milanesas a la napolitana, mi estimado amigo —planteó Reiner, como quien expone los fundamentos de un nuevo teorema matemático frente a una clase—. No hay comida en el mundo que pueda apetecerle más que una buena milanesa a la napolitana. Correcto. Pues bien. La sociedad, entonces, le impone comer, de aquí en más, todos los días, cada tres, o con la periodicidad que a usted le plazca, Borzone, sola, única y exclusivamente milanesas a la napolitana. Por los siglos de los siglos. Muy bien...con el paso del tiempo, de los años, de los lustros, Borzone, usted va sintiendo nacer en su ser un extraño e irreprimible deseo de comer tallarines. Acude entonces a un psicoanalista, que le recomienda variar el menú, sin abandonar la milanesa. Enriquecerlo, le dirá. “Cómo mantener ardiendo la llama de la pasión física”, arengará la revista “Chabela”. Le recomendarán, de esta forma, comer la milanesa con más orégano, con menos orégano, con ajo, con puré, con mermelada de durazno, con pimienta negra, sin la pimienta... Pero usted, Borzone, sentirá que quiere comer tallarines. Tallarines, mi amigo, tallarines.

(Extracto de: UNA LECCIÓN DE VIDA, Roberto Fontanarrosa)

Visto y considerando que durante el día de hoy se celebra mi no-cuarto-aniversario, no puedo más que aplicar esta nueva filosofía de vida a las cuestiones maritales... por lo que los invito a brindar por mi.
Haber reafirmado la comprensión de la mente de un hombre, que finalmente ha optado por la fiel persecusión del tallarín, no sólo me convierte en milanesa (cosa que me da muchísima risa), sino que también me libera de andar embadurnada en mermelada de durazno. Las grandes delicias de la soltería. Ja!


Qué nos queda si no reírnos de nosotros mismos.