miércoles, 3 de noviembre de 2010

Vivir en otredad

Cuando uno habla con alguien de una habitación a la otra, mas bien casi grita. 
El problema se da, cuando en el medio de la conversación, uno de los dos se acerca a donde está el otro sin que éste se de cuenta y por lo tanto tampoco note que tiene que dejar de hablar tan fuerte. 
La situación de uno gritando a viva voz y el otro a sus espaldas contestándole en un tono sarcásticamente más bajo "no grites, estoy acá", no deja de ser memorablemente ridícula por más habitual que sea en el día a día.
Una más de las pequeñas delicias de la convivencia.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hablando a los gritos, la gente se entiende!
ENTENDISTE???!!!

Anónimo dijo...

Y sin son medio sordos peor!