martes, 10 de febrero de 2009

Disney

Ayer volví de vacaciones y estoy haciendo grandes esfuerzos para evitar los colectivos. Quizás estos malos aires me hagan tirarme abajo de uno en vez de subirme, pero ese pensamiento suicida se contradice con el estado de paz que me dieron 2 semanas de silencio y millones de estrellas.
Lo que no puedo evitar es seguir pensando, voy caminando y me asalta la mente colectiva en cualquiera de sus formas, haciendome sentir el calor del cuero del asiento en la espalda, tan real como un sueño que parece real.

La cosa es que ya nada tiene como premio un viaje a Disney, antes te ibas a conocer a mickey tan solo llenando un album de figuritas, destapando una gaseosa, raspando el cartoncito que venía en las vienísima, o contestando correctamente una pregunta en la radio. Y lo mejor de todo, es que uno creía que de verdad tenía la chance de ganar y contrarestar la falsa promesa de aquellos padres que cada año decían "el año que viene tal vez".

Nos crearon el sueño, y ahora solo quieren darnos plasmas, celulares o un 5% de descuento en la compra de un kilo de helado. Y lo peor de todo es que a esta altura ya sabemos que no tenemos chance de ganar ni eso.

Que alguien me traiga un souvenir.

1 comentario:

Dicotomínica dijo...

si no te gustan las montañas rusas, no tiene sentido ir a diney.